Soy monitora
en educación primaria, donde enseño a niños y niñas de 6 a 12 años; además imparto
charlas en institutos (12-16 años) acerca de diversidades de identidad de género,
orientaciones afectivo-sexuales y prevención del acoso escolar.
En mi
experiencia personal y profesional he tenido la oportunidad de escuchar estos niños y niñas hacerme muchísimas preguntas acerca de la transexualidad. Considerando que es una
realidad "nueva" y externa a la inmensa mayoría del alumnado con lo cual interactúo, entiendo que buscan con sus indagaciones apropiarse más concretamente del concepto de
la transexualidad y traerla para dentro de su propia capacidad de comprensión y
aceptación de la realidad.
Por eso sus preguntas son en general hechas con la más profunda
sinceridad, sin cualquier rasgo de prejuicio, de juzgamiento o malestar. Son
preguntas movidas por la curiosidad de aprender acerca de una realidad hasta
entonces muy poco conocida, motivadas por la necesidad de entender quiénes
somos las personas transexuales.
Y son
preguntas realizadas y luego contestadas con tanta naturalidad, informalidad y
complicidad de sonrisas y sentimientos que creo que mi realidad, aunque no
suele ser entendida por muchísimos adultos, es perfectamente y prontamente
aceptada por las niñas y niños. Aunque algun@s de l@s que antes me conocían por mi
antiguo nombre masculino se líen un poco al confundirse con los nombres y
pronombres al hablar conmigo. Por lo cual les dejo enteramente libres para
llamarme como se sientan más cómod@s, solo señalando que mi nombre as Anna y soy
una chica.
Así que, en
mis próximas entradas en este blog presentaré en formato de Preguntas y Respuestas (Q&A) las principales indagaciones sinceras y objetivas realizadas
por las niñas y los niños con los cuales he tenido el privilegio de interactuar
- algun@s solamente por pocas horas y otr@s por un entero período lectivo.
Aunque todas
las preguntas me fueron originariamente hechas verbalmente, su transcripción me
exigió algunas "adaptaciones" para que sean entendidas más claramente
en un lenguaje escrito. Así que no extrañéis si el estilo de una pregunta suena
un poco raro o algo formal para un alumnado de 6 años por ejemplo. En ese caso,
el fallo es estrictamente mío por no recordarme con exactitud y conseguir
expresar con palabras escritas la simplicidad y la pureza de sus dudas
expresadas verbalmente.
Por último,
aclarar que muchas preguntas podrían sonar desrepetuosas o mismo agresivas si
hechas por un adulto, pero debemos considerar lo que he dicho antes: que son
sencillamente preguntas sinceras y honestas buscando comprender dentro de los
alcances cognitivos de sus rangos de edad (entre 6 y 16 años) la realidad
objetiva de un concepto tan complejo que mismo muchas personas trans no los
tienen tan claros.
Sin más,
espero que mis alumnas y alumnos puedan ayudar a una persona o más con sus sinceras
y bonitas curiosidades y descubiertas acerca de la vida. Ojalá pudiéramos
nosotras y nosotros adultos tener esa capacidad de entendimiento y aceptación
infantil.
Empezamos en
la próxima entrada. 😉
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